Palma Martínez-Burgos García (2022)
“El Greco y la santidad elocuente”, en El Greco. Los pasos de un genio, Museo Goya, Fundación
Ibercaja, Zaragoza, pp. 53-72
Una de las grandes aportaciones del Greco a la pintura religiosa fue la transmisión de las
emociones a través de los gestos. Hacía tiempo ya que la literatura espiritual fomentaba la
empatía y alentaba al artista para que sus obras llegaran al corazón recordándole que era su obligación imitar la realidad visible, crear figuras que parecieran reales y conmover al espectador. La escultura desarrolló un discurso lleno de efectividad que a la pintura le costó
asimilar y sin embargo el Greco fue en el arte español, el pionero en explorar la capacidad
afectiva que tiene la pintura. Nadie como él supo crear la perspectiva psíquica, en otras
palabras, la dimensión psicológica que impregna sus composiciones, creando un código propio y original a partir de los recursos que le brinda el lenguaje gestual
