Moraleda Moraleda, Jaime (2022) "Un relicario para la bula fundacional de la Orden de las Concepcionistas: el valor de las reliquias como herramienta de legitimación", en Francisco Alfaro,
Carolina Naya y Juan Postigo Vidal (Dirs.), Las reliquias y sus usos. De lo terapéutico a lo taumatúrgico, Zaragoza/Salamanca, Eds. Servicios de Publicaciones de las Universidades de Zaragoza – Salamanca, pp. 232-241
La Orden de las Concepcionistas, cuya casa madre su levantó en la ciudad de Toledo, fue fundada por doña Beatriz de Silva, dama de origen portugués que llegó a tierras de Castilla hacia 1447 con el séquito de la reina Isabel de Portugal. Tras diversos avatares, desde 1484 la dama portuguesa se retiró a Toledo, con otras doce mujeres, a las dependencias de los antiguos Palacios de Galiana, lo que supuso el origen de un beaterio desde el que solicitó a Roma la adopción de una regla y hábito propios para una comunidad en honor a la Concepción de María. El año 1489 el papa Inocencio VIII rubricó la bula Inter Universa por la que concedía la fundación de un nuevo monasterio. Consolidada la Orden y establecida en las antiguas dependencias conventuales que habían ocupado los padres franciscanos, la abadesa Petronila de Rojas encargó en 1611 la composición de un relicario múltiple con el objetivo de guardar en su interior la primera bula fundacional, cuya relevancia radicaba tanto por representar la génesis de la comunidad observante como por el carácter milagroso de su descubrimiento.
Abstract
The Order of the Conceptionists, whose main house was built in the city of Toledo, was founded by Doña Beatriz de Silva, a lady of Portuguese origin who arrived in Castile around 1447 with the entourage of Queen Isabella of Portugal. After various ups and downs, from 1484 the Portuguese lady retired to Toledo, with twelve other women, to the dependencies of the old Galiana Palaces, which meant the origin of a beguinage from which she asked Rome to adopt a rule and habit own for a community in honor of the Conception of Mary. In 1489 Pope Innocent VIII signed the Inter Universa bull by which he granted the foundation of a new monastery. Once the Order was consolidated and established in the old convent rooms that the Franciscan fathers had occupied, in 1611 the abbess Petronila de Rojas commissioned the composition of a multiple reliquary with the aim of keeping inside the first founding bull, whose relevance lay both in representing the genesis of observant community as well as for the miraculous character of its discovery.